Nuestro Ángel de la Guarda

Nuestra madre María Teresa enseñó a sus doce hijos a creer en el Ángel de la Guarda. Siete de los que quedamos lo invocamos cada amanecer, con la oración, sencilla, que nos inculcó la esposa de don Guillermo, el jefe de familia: ’Santo Ángel de mi Guarda, mi dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día. Por donde quiera que vaya, seas tú mi guía. Tu Divina Providencia se extienda a cada momento, para que nunca nos falte casa, vestido, sustento y también sabiduría’. Nos lo recordó Bernardo al referir una historia paralela. Explica que en la iglesia, al comenzar la ceremonia, vio bajar del cielo multitud de ángeles. Cada uno se colocó al lado de los fieles que oraban y en una libreta hacían anotaciones. Unos lo hacían con letras de oro. Otros con letras de plata. Otros, con tinta. Y otros con agua. Bernardo, hoy Santo en lo altares, se atrevió a preguntarles: ¿Por qué no escriben ustedes con el mismo material? Recibió la siguiente respuesta: ’Escribimos con oro las oraciones hechas con amor. Con plata las hechas con fe. Con tinta las hechas con atención. Y con agua los rezos hechos solamente con los labios’.
Esta amable armonía, fue el prólogo de la siguiente verdad denunciada con espíritu, valor y fuerza por la Iglesia Católica. Sí, en 74 cuartillas el Consejo del Episcopado Mexicano (CEM) pinta, por así decirlo, lo que padece el pueblo de México. Y en tres frases lo sintetiza: ’Gobierno rebasado. Guerra Fratricida. Democracia clara’. Puntualiza que el país se encuentra sumergido en las plagas de la corrupción y de la impunidad. Y nuestra democracia es una de las más caras del mundo. Advierte que hay millones de pobres que claman por lo necesario para comer con dignidad. Tener una educación de calidad. Una vivienda digna. Un trabajo estable con salario suficiente. Y una seguridad social que les haga vivir sin angustias. Señala la insatisfacción de los ciudadanos por la forma de gobierno. Por los escándalos de corrupción. Los salarios estratosféricos de funcionarios y los políticos. La superficialidad en la plataforma de los partidos políticos. La manipulación del voto y los escasos resultados. Detalla que personas con responsabilidad se han aprovechado de cargos públicos, políticos o influencias inmorales para enriquecerse escandalosamente. Y han dejado en la pobreza y bajo condiciones inhumanas a gran número de ciudadanos. Reconoce que se ha dejado en manos deshonestas y gente sin escrúpulos el desarrollo de la Patria. Considera que los políticos que lleguen tienen que recuperar la confianza de la ciudadanía y el verdadero sentido de la política que nos lleve a construir sociedades justas y en paz. Anota que las cifras que se reportan de corrupción, impunidad e ilegalidad son de escándalo y llevan a encender los focos rojos. Recomienda trabajar por la transparencia de las instituciones, porque nuestro país no aguanta más el robo, la opacidad, el despilfarro y el mal uso de los recursos. Ello significa pobreza para los pueblos y miles de historias humanas sin condiciones necesarias para vivir con dignidad. Concreta que muchas comunidades experimentan constantemente la inseguridad, el miedo , el abandono de sus hogares y una completa orfandad por parte de quienes tienen la obligación de proteger sus vidas y cuidar sus bienes. Lamenta que los jóvenes sean víctimas de la violencia, el narcotráfico, la trata de personas. La falta de oportunidades, el desempleo y la emigración. Refiere que la reforma educativa no ha resuelto los desafíos de fondo del sector. ’Está trabada, añade, a causa de asuntos administrativos y laborales. Estamos muy lejos de que esta nueva etapa haya traído bienestar, seguridad, paz, justicia y equidad. Llama el CEM a todos los mexicanos a que después de emitir su voto el próximo primero de julio, den seguimiento y exijan el cumplimiento de las promesas de campaña. Así como pedir rendición de cuentas, ya que es un deber al que todo político está obligado. En el extenso texto, también reconocen los obispos que se actuará en consecuencia con los transgresores sexuales de gente del clero y llevados ante las autoridades. craveloygalindo@gmail.com