México puede dejar la negociación, pero no debe salir del TLCAN: De La Calle


** Trump no puede por sí mismo, abandonar el Tratado.

** Negociar con Estados Unidos ’siempre es difícil’.

** México será en 5 años el mayor mercado del mundo para EU.

Economía
Agosto 07, 2017 12:48 hrs.
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7 de agosto de 2017.- México no debe en ningún caso abandonar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, pero sí estar preparado para dejar la mesa de negociaciones si se le trataran de imponer condiciones inaceptables, con lo que se dejaría a Estados Unidos la decisión de desertar o no del acuerdo, manifestó el doctor Luis de la Calle, en una entrevista con .

El experto, uno de los creadores del Tratado original, manifestó que en sentido contrario, el presidente Donald Trump no tiene capacidad por sí mismo de dejar el tratado tripartita, toda vez que no es la Casa Blanca, sino los Estados Unidos de América, el país suscriptor del acuerdo. ’Entonces, no es el presidente de Estados Unidos el que puede tomar esa decisión’, explicó.

En el curso de la plática, al responder una pregunta, apuntó que negociar con Estados Unidos siempre es difícil, no porque sea un gigante comparado con México o Canadá, sino porque tiene un sistema político fragmentado, donde grupos de interés influyen sobre los ejecutivos y los miembros del Congreso para la aprobación final de un acuerdo o un documento.

’Hay mucha gente que piensa que México es el pequeño, pero eso no es precisamente cierto, ya que para Estados Unidos, Canadá y México somos socios comerciales importantes’, expresó.

En ese sentido, apuntó que de acuerdo a las previsiones, en 5 años México va a rebasar a Canadá y se va a convertir en el primer mercado del mundo para su vecino del norte, “más grande que Canadá y más grande que la Unión Europea completa”, lo cual da una idea de cierto equilibrio en la negociación.

En cuanto a lo que el presidente Trump ha señalado como su mayor apetencia sobre los resultados de las negociaciones del TLC, en el sentido de que desaparezca o disminuya sensiblemente el déficit comercial de Estados Unidos con México, el ex subsecretario de Negociaciones Comerciales Internacionales de la Secretaría de Economía precisó que el déficit no es un aspecto sobre el que los gobiernos tengan control.

La reducción del déficit de un país, esclareció, se obtiene vendiendo más o comprando menos, pero no son los gobiernos los que venden o compran, “sino los ciudadanos, las empresas, miles o millones de actores, los que participan en los flujos de comercio”.

Al analizar el superávit que México observa en su comercio con Estados Unidos, dijo que en los últimos 30 años, en América del Norte se constituyó una larguísima línea de ensamble desde Ontario, en Canadá, hasta el norte de la Ciudad de México, al final de la cual se encuentran las plantas mexicanas. “Al ser de los últimos eslabones de la cadena, por razones aritméticas, tenemos que ser superavitarios”.

Sobre el tema de las controversias comerciales, que Estados Unidos desea eliminar del TLCAN para ubicarlas en los tribunales nacionales, De la Calle observó que Washington ha propuesto la eliminación de las controversias sólo para casos de dumping, pero no la eliminación del capítulo para disputas sobre inversión, ni las del capítulo 20, que es el más importante sobre la solución de los diferendos.

Señalo sobre el rubro que fuerzas de dentro de EU quizá digan a su gobierno en estos días que hay que pensar dos veces el caso de eliminación de controversias, ya que no convendría a exportadores o proveedores de servicios de ese país someterse a instancias nacionales en lugar de al arbitraje internacional.

El analista indicó por otro lado que la inclusión del tema laboral en las negociaciones es un asunto de suma importancia, ya que la principal riqueza competitiva de México en el comercio exterior es su fuerza de trabajo, por lo cual tiene un gran interés que crezcan los volúmenes de comercio e inversión para que mejoren las percepciones de los trabajadores.

Señaló igualmente, respecto a la inclusión del tema de corrupción en las negociaciones, que tal asunto es clave para que haya en México mayores posibilidades de crecimiento.

De la Calle invitó finalmente a los mexicanos a seguir de cerca la renegociación, cuyo éxito o fracaso, sostuvo, va a influir en la política comercial en todo el mundo a lo largo del siglo XXI, como lo hizo en su época la negociación del acuerdo actual, hace 25 años. “México va a estar en la nueva negociación bajo la lupa del mundo entero, y es importante que los mexicanos se interesen, participen y opinen”, concluyó.


Transcripción de la entrevista

Transcripción de la entrevista

Lic. Rubén Jáuregui.- Doctor ¿cómo le va? Quiero comenzar por el principio: ¿por qué se va a realizar la revisión del Tratado en este momento? ¿Cuáles son los beneficios que se espera que se tengan tanto para México como para el resto de los participantes, esto es, Estados Unidos y Canadá?

Dr. Luis de la Calle.- Bueno, primeramente se va a realizar una revisión del Tratado de América del Norte por la campaña política que hubo en Estados Unidos, el discurso que tuvo el hoy presidente Donald Trump y su exigencia de que habría qué renegociar el TLC de América del Norte. Durante mucho tiempo Canadá y México le habían dicho a Estados Unidos: Oye, a lo mejor sería bueno hacer ciertos ajustes en algunos temas, y siempre la respuesta de ellos había sido: en estos momentos políticamente eso no es posible. Y entonces se posponía y ya no se arreglaban ciertas cosas que pudieron haberse mejorado. Pero ahora la situación política cambió y es Estados Unidos el que invitó a negociar y los gobiernos de Canadá y México aceptaron, dijeron que sí.

RJ.- Dígame una cosa, doctor: ¿Estados Unidos puede realmente abandonar el TLCAN?

LDLC.- Los Estados Unidos de América sí; cualquiera de las tres partes; el artículo 2205 dice que las partes, cualquiera de las tres partes, una parte, puede abandonar el Tratado de América del Norte. Todos los tratados negociados bajo la Convención de Viena, cuando no tienen una cláusula de expiración, tienen una cláusula de salida. Y el TLC de América del Norte tiene una cláusula de salida, que es el artículo 2205. Entonces, efectivamente, cualquier país podría abandonar el Tratado. Hay una disposición constitucional en cada país sobre quién puede tomar esa decisión, porque no es la Casa Blanca la que es parte del Tratado de Libre Comercio de América del Norte; son los Estados Unidos de América, a través de una firma del presidente que en esa época firmó el Tratado, y luego del Congreso que lo aprobó. Entonces, no es el presidente de Estados Unidos el que puede, quizás, tomar esa decisión.

RJ.- Uno de los principales puntos de la posición estadounidense en la revisión del Tratado es reducir su déficit comercial. ¿Es posible hacerlo a través del nuevo Tratado, de las negociaciones?

LDL.- Es difícil hacerlo a través de una negociación. Porque el déficit no es una cosa sobre la que los gobiernos tengan control. Cuando se dice, ¿a ver, cómo puedo reducir el déficit? Bueno, pues vendiendo más o comprando menos. Pero los gobiernos no son los que compran. Son los ciudadanos, son las empresas, miles o millones de actores los que participan en los flujos de comercio, y a través de esa participación resulta un déficit o un superávit. México tiene un superávit respecto a los Estados Unidos por una razón muy importante que es la siguiente: América del Norte, a través de los últimos 30 años, se ha convertido en una línea de ensamble que es difícil de imaginar, desde Ontario, en Canadá, hasta el norte de la ciudad de México, una línea grande, muy grande, donde se producen automóviles, partes de avión, línea blanca, y miles de otras cosas, y en general, México se encuentra al final de la línea de ensamble, en los últimos eslabones de la cadena; al ser de los últimos eslabones de la cadena, por razones de aritmética, tenemos que ser superavitarios porque el último eslabón tiene que ser superavitario a fuerza. Y México tiene un superávit por eso.

RJ.- Otro de los temas importantes de la posición de Estados Unidos es el de las controversias. Me parece que están ahí en los capítulos 19 y 20 del Tratado, si no me equivoco. ¿Qué piensa usted al respecto?

LDLC.- En los Estados Unidos ha habido siempre una ala política a la que no le gusta que su país, su gobierno, queden sujetos al arbitraje internacional; entonces, ahí, digamos, hay un movimiento dentro de Estados Unidos que dice: nosotros preferimos que todas las disputas sean dirimidas a través del poder judicial de Estados Unidos. Ese es un grupo, pero hay muchos otros, particularmente exportadores muy importantes, inversionistas muy importantes, creadores de propiedad intelectual, proveedores de servicios, que quizá prefieran el arbitraje internacional a litigar en otros países. El Tratado de Libre Comercio de América del Norte lo que hace es proveer distintos foros para la solución de controversias. Estados Unidos ha propuesto en sus objetivos la eliminación del sistema de solución de las controversias para los casos de dumping, pero no ha propuesto la eliminación ni del capítulo 11, que es para disputas en materia de inversión, ni las del capítulo 20, que es el capítulo más importante sobre la solución de controversias, pero va a haber fuerzas dentro de Estados Unidos que quizá le digan a su gobierno: oye, a lo mejor hay que pensarlo dos veces, porque nosotros somos exportadores, como creadores o proveedores de servicios en otros países, en este caso Canadá y México, que quizá quisiéramos algún día utilizar el arbitraje internacional.

RJ.- Se ha dicho que se va a abordar en la revisión del Tratado el tema ambiental. Ahí hay un choque entre la posición de Estados Unidos, por un lado, y las de México y Canadá por el otro. ¿Cuál es su criterio al respecto; qué va a pasar ahí?

LDLC.- Bueno, se va a discutir la parte medioambiental, pero después de lo que vimos en términos de que Estados Unidos estaba abandonando el Acuerdo de París, el punto político del presidente Trump y los cambios que ha hecho a la agencia ambiental de Estados Unidos, que es la EPA, uno pensaría que la protección del medio ambiente no va a ser prioritaria para el presidente Trump; en las negociaciones del Tratado se discutirá la parte ambiental, pero se antoja un poco difícil que Estados Unidos sea muy exigente en esa materia.

RJ.- Ahora, junto con eso, se ha dicho que se podría tratar en las negociaciones el tema laboral, lo que afecta a los ingresos, las percepciones de los trabajadores ¿Cuál es su criterio al respecto?

LDLC.- Es una de las muy importantes, por supuesto. La principal riqueza competitiva de México en el comercio exterior es la fuerza laboral, porque es una fuerza laboral que no solamente es joven, sino que ha mostrado una enorme capacidad, de niveles de excelencia, en términos de productividad y de avance tecnológico, etcétera. Entonces, México tiene realmente un interés muy importante de que el volumen de comercio e inversiones crezcan, para que con ellos mejoren también las percepciones de los trabajadores. Seguramente se va a discutir eso en el contexto del TLCAN, a favor de que haya mejores condiciones laborales, pero yo espero también siempre con una actitud de que no se vaya a convertir la protección laboral de los trabajadores, las condiciones laborales, en un pretexto para imponer barreras al comercio.

RJ.- Se discutirá en las negociaciones igualmente el tema de la corrupción.

LDLC—En los objetivos que hizo públicos tanto Estados Unidos como los que hizo México está semana ante el Senado de la República, efectivamente se ha indicado que va a ser uno de los temas que se van a tratar. El TLC renegociado puede servir como catalizador para que la campaña que ha venido dándose en México en los últimos 2 ó 3 años sobre contar con un Sistema Nacional Anticorrupción, se aplique también por supuesto en el ámbito del comercio exterior y la inversión extranjera. Es importante hacerlo. México tiene un reto muy importante en materia de corrupción; es clave para el país que haya menos corrupción, porque al haber menos corrupción, vamos a ser un país con más posibilidades de crecimiento. A todo el mundo le conviene, y en este momento a Estados Unidos y a Canadá, que superemos los problemas que tenemos en ello.

RJ.- ¿Cree que México podría decidir abandonar el Tratado de Libre Comercio o se sintiera obligado a hacerlo? Respecto a esto, ¿Sería posible que México tuviera el mismo nivel o un nivel adecuado de exportaciones sin el Tratado de Libre Comercio de América del Norte?

LDLC.- La respuesta a la segunda parte de la pregunta es no. El Tratado de Libre Comercio de América del Norte es sin duda muy importante para la economía de México… Sufrirían las exportacionesmexicanassi abandonáramos el tratado. Yo, desde mi punto de vista, creo que México en ningún caso debe plantear abandonar el TLCAN, pero sí tenemos que estar listos, en caso de que fuera necesario, a abandonar la mesa de negociaciones si Estados Unidos o Canadá trataran de imponer a México condiciones inaceptables. Y entonces digamos la carga de la prueba sería para Estados Unidos sobre todo, si nos paramos de la mesa porque el diálogo se vuelve imposible; entonces el que tendría que tomar la decisión de si abandona o no es Estados Unidos.

RJ.- Se ha dicho que los resultados del trato sobre el azúcar van a influir positivamente para México en la negociación. ¿Cree que sea así? ¿Cree que México haya cedido algo ahí para estar en mejores condiciones en las negociaciones del TLCAN?

LDLC.- Yo creo que el azúcar es un sector muy distinto al resto de los sectores del Tratado. No es comparable. En materia de azúcar, hay una Unión Aduanera con Estados Unidos que permite mantener el precio del azúcar en un nivel que no esté muy por arriba del precio internacional, una situación que no se repite en ningún otro sector, donde es un poco al revés. México, Canadá y Estados Unidos son altamente competitivos en el resto de los sectores y entonces el arreglo del azúcar no es algo que sea fácilmente replicable ni esperable que ese modelo se asuma en otros sectores.

RJ.- Se ha dicho mucho, finalmente, doctor, que va a ser una discusión difícil la que se va a emprender el 16 de agosto. ¿Por qué difícil? ¿Es difícil sólo para México, o para Estados Unidos y Canadá también?

LDLC.- Negociar con Estados Unidos siempre es difícil. Tiene un sistema político fragmentado, donde hay grupos de interés que influyen normalmente a los ejecutivos, al Congreso. Se tienen que buscar votos en la Cámara de Diputados, en la cámara de Senadores, para la aprobación final. México y Canadá somos socios comerciales importantes de Estados Unidos. Hay mucha gente que piensa que México es el pequeño, y por lo tanto se trata de una negociación más compleja para nosotros. Eso no es precisamente cierto, porque para Estados Unidos, México y Canadá somos clientes, mercados, muy importantes; Canadá es el número 1 en el mundo para Estados Unidos, y México el número 2. Y en 5 años vamos a rebasar a Canadá. México se va a convertir en el primer mercado del mundo para Estados Unidos, más grande que Canadá y más grande que la Unión Europea completa. Entonces, eso le da cierto equilibrio a la negociación, pero va a ser una negociación compleja por el sistema político de Estados Unidos, por las declaraciones continuas que ha hecho Donald Trump en la materia y por, al final del día, el tipo de coalición que se requiere establecer en Estados Unidos para que pase su Cámara de Diputados, por su Cámara de Senadores, lo que se haga llegar.

RJ.- ¿Quiere agregar usted alguna observación sobre la negociación del Tratado?

LDLC.- Pues solamente invitar a la gente a seguirla muy cerca, porque es una negociación muy importante cuyo éxito o fracaso va a marcar las relaciones con Estados Unidos y Canadá, por supuesto, pero también, si la negociación resulta exitosa, lo que hagamos entre nosotros tres va a influir en la política comercial en todo el resto del mundo en todo el siglo XXI, de la misma manera que hace 25 años, en que se negoció el TLCAN, se influyó a la política comercial en todo el mundo. Hay una alta expectativa. México va a estar en la negociación con Canadá y Estados Unidos bajo la lupa del mundo entero, y es importante que los mexicanos se interesen, participen, opinen, y le den al gobierno sus puntos de vista.

RJ.- Le agradezco mucho por habernos recibido en sus oficinas.

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