ATISBOS
GILDA SINAGAWA
El pasado 8 de septiembre el ministro presidente de la SCJN Arturo Zaldívar anunció que los miembros del Poder Judicial de la Federación ya podrán solicitar licencia de paternidad
En México se está presentando la posibilidad de incrementar los días de licencia por paternidad de cinco a quince días; con esto podría ser el primer país latinoamericano en brindar tal oportunidad a sus trabajadores quedando por arriba de países como Venezuela (con 14 días) y Ecuador (con 10 días). Este incremento es una política que propicia un camino recto a la equidad de género en el ámbito laboral.
En los últimos tres meses se ha venido presentando una oleada de propuestas y acciones orientadas al incremento en los días de licencia por paternidad. El 8 de septiembre el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar, determinó que los trabajadores del Poder Judicial de la Federación y de la Suprema Corte de Justicia gocen de licencias de paternidad de hasta tres meses. Esta propuesta representa un salto enorme en el camino por la equidad de género y la ruptura de la brecha salarial.
Por otro lado, en octubre, el diputado de Morena Omar Enrique Castañeda presentó una iniciativa para aumentar la licencia de los trabajadores a 31 días con goce de sueldo. En una causa similar recientemente en noviembre, el diputado del PT Jaime Baltierra propuso el incremento de cinco a quince días de licencia por paternidad. Ambos diputados proponen una reforma al artículo 132 de la Ley Federal del Trabajo.
Si bien la acción de Zaldívar beneficia a un grupo particular del sector público, representa un parteaguas en la acción de renovar las leyes en pro de un desarrollo social en orientación a la equidad de género. Las propuestas de los diputados, en el discurso, son viables y suenan factibles, pero hay muchos elementos económicos, sociales e incluso culturales que deben ser tomados en cuenta para que se puedan llevar a cabo estas acciones.
Estos tres funcionarios apelan a que esta clase de cambios representan un impulso a la equidad de género y que contribuyen al desarrollo del núcleo familiar promoviendo el ejercicio de la paternidad por medio de estas licencias. El objetivo, dijo Zaldívar en una rueda de prensa el pasado 8 de septiembre, ’es permitir a los hombres vivir su paternidad de manera plena’.
Este beneficio es apenas la columna vertebral de otros que puede haber con esta clase de reformas. Es evidente que la brecha salarial sufriría una ruptura ya que el contratar hombres representaría un gasto similar que al contratar una mujer. Es conocido que muchas empresas dudan al contratar a una mujer porque saben que eventualmente llegará a embarazarse y hacer uso de su licencia de maternidad. Un hombre, a la fecha, no representa ese riesgo a las compañías.
Otro punto a favor es que brinda la misma oportunidad a los hombres de ejercer su paternidad los primeros días de vida de su bebé. Socialmente esto representa un cambio que quedará enraizado desde la cuna ya que se desarrolla el núcleo familiar y, de hecho, un beneficio como este no sólo representa un alcance para la equidad de género también es una oportunidad y un derecho inapelable para las familias homoparentales, ya que tiene cabida tanto para los nacimientos como para las adopciones.
Es fácil estar de acuerdo con esta clase de cambios, no hay manera de que una mujer o un hombre se opongan. Aunque, hay ciertos parámetros que se deben tomar en cuenta.
Una vez que la ley se encuentre promulgada, se deben desarrollar campañas de sensibilización tanto para los empleados como para los empleadores para que sí hagan uso de su derecho y no tengan dudas ni sientan desventaja a la hora de reincorporarse a sus trabajos. Los empleadores deben reflejarle seguridad a su empleado. Éstos a su vez deben tomar las licencias en aras de cooperar con su pareja en la crianza temprana de su hijo.
A pesar del brillante horizonte existe un problema: ¿Quién paga los días de ausencia laboral? Eso representa un freno según el artículo ’Aumento a la licencia de paternidad: el problema es quién paga los días de ausencia laboral’ publicado en el sitio de Forbes México. En el caso de las licencias de maternidad, el salario es pagado a la empleada como un subsidio por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). De esta forma queda planteado el reto para las empresas públicas como para las privadas, ya que serían los empleadores los encargados de pagar estas licencias.
1. Se debe idear una manera en la que se pueda crear un financiamiento en las empresas para que sea posible pagar esta clase de licencias.
2. Una vez resuelta la reforma se deben hacer campañas para sensibilizar a los empleados y a los empleadores. Una ley no sirve en el papel, debe llevarse a la práctica.
3. La ruptura de la brecha salarial representa una oportunidad para alcanzar la equidad de género tanto en el ámbito laboral como en el hogar. Por eso esta clase de campañas pueden tener gran alcance como discurso. Es a la práctica a la que debemos apelar.