EN LAS NUBES

España y el futbol

España y el futbol
Política
Enero 29, 2022 21:16 hrs.
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Carlos Ravelo Galindo › Club Primera Plana

El gobierno español acaba de dar el beneplacito para que el ex gobernador de Sinaloa, Quirino Ordal Coppel, ocupe la embajada mexicana en la Península Ibérica, y nos cae como anillo al dedo.
De la Madre Patria siempre tenemos algo de que hablar. Vaya recordar, desde que en 1492 un genoves a nombre de los Reyes de España, al llegar por equivocación a lo que hoy es América, declarara a nuestro país, ni más ni menos la Nueva España.
Hemos tenido altas y bajas, desde Cristobal Colóna, Hernán Cortéz y hasta la fecha
Hoy el catedrático de la Universidd Anáhuac, el licenciado Arnulfo R. Gómez, hijo del general del mismo nombre, asesinado por militares enemigos, nos recuerda dos capítulos.
Tienen sabor a Olé:
Uno deportivo, el futbol y otro, claro político diplomatico.
Arnulfo R. Gómez, buen amigo, nos platica que en 1975, Echeverría quería reanudar relaciones diplomáticas con España, urgentemente.
Y obvio, el antecedente:
El 29 de septiembre de 1975, el entonces presidente de México, Luis Echeverría, desató una ofensiva diplomática para provocar el derrumbe del régimen del General Francisco Franco quien, tan sólo dos días antes, había firmado las que fueron las últimas ejecuciones de un régimen que, durante sus casi 40 años de vida, fusiló y obligó al exilio a miles de personas.
Aquel día, el presidente Echeverría envió un mensaje al secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), el austriaco Kurt Waldheim, en el que le instaba a celebrar una reunión urgente del Consejo de Seguridad para rechazar su política de garrote vil y expulsar a España de la ONU.
La respuesta del régimen español fue furibunda, primero a través del primer ministro del gobierno español, Carlos Arias Navarro, quien en un mensaje televisado señaló a México como el principal impulsor de una campaña exterior contra España, al reconocer también su sorpresa al advertir cómo regímenes políticos nada escrupulosos
a la hora de adoptar los más expeditivos procedimientos contra los brotes de violencia registrados en sus respectivos países, manifiestan ahora su farisaica indignación contra la legalidad y la justicia españolas.
El caso de Méjico (sic), promotor de la inaudita iniciativa de nuestra expulsión de Naciones Unidas, y de cuyo concepto de los derechos humanos dan buena muestra los espantosos asesinatos de la Plaza de las Tres Culturas en 1968, es el exponente más claro de esta repugnante farsa.
Y el propio dictador Franco se refirió a la crisis internacional en un discurso pronunciado el 1º de octubre, al señalar a México como el líder de una conspiración masónica-izquierdista de la clase política, en contubernio con la subversión terrorista-comunista en lo social.
(El mandatario mexicano que intentó derrumbar a Franco. La Jornada)
En México, adicional al hecho de que no había relaciones diplomáticas con España desde 1939, el rompimiento fue total pues se suspendieron la comunicaciones telefónicas, telegráficas, aéreas, operaciones bancarias etcétera.
Inclusive, el licenciado Luis Echeverría incluyó la expulsión del único representante español no oficial que había en México, don Apolonio Ruiz Ligero, así como el cierre de las oficinas de México en
España, entre las que podemos señalar la del Instituto Mexicano de Comercio Exterior (IMCE) y el Consejo Nacional de Turismo.
A la muerte del generalísimo Francisco Franco, el 20 de noviembre de1975, al licen iado Luis Echeverría le urgía reanudar las relaciones diplomáticas con España, por lo que hubo diversas acciones al respecto, incluyendo la reapertura de la oficina del IMCE en Madrid, a una semana de su fallecimiento.
El viernes 3 de septiembre de 1976, alrededor de las 21.30 horas en mí domicilio particular, recibí una llamada de la oficina de la residencia Presidencial de Los Pinos, de parte del licenciado Julio Faesler, Director General del IMCE, quien me comentó que
estaba en un acuerdo con el Presidente de la República y que, una de las decisiones que había tomado Luis Echeverría, era reanudar relaciones con España.
Insistía en que fuera a la brevedad.
Para ello, había invitado a don Apolonio Ruiz Ligero quien, en ese momento era la persona encargada de Iberoamérica en el Ministerio de Economía, a visitar a México y a asistir a la V Feria de México en San Antonio, Texas, mismo que llegaría a México el
sábado 4 de septiembre en el vuelo de Iberia y, siendo yo el gerente de Europa Occidental del IMCE, me comisionaron para ir a recibirlo al Aeropuerto Internacional.
La idea era que, don Apolonio, al haber estado en México como representante no oficial del Gobierno de España en México, viniera a nuestro país y que, dada la proximidad que había tenido con nuestro país, ayudara en el proceso de reanudación de relaciones diplomáticas con ese país.
Durante su estancia en México tuvo una serie de encuentros con personajes mexicanos, especialmente relacionados con el comercio exterior y, posteriormente, como invitado especial del Gobierno Mexicano, visitó la V Feria de México en San Antonio, Texas, que se realizó del 8 al 12 septiembre con un total de 1,500 expositores.
Independientemente de que la visita de don Apolonio fue muy interesante y agradable, y de que visitó la V Feria de México en San Antonio, la reanudación formal de relaciones con España sólo se dio en marzo de 1977, pues el Gobierno Español no consideraba
idónea hacerla mientras Luis Echeverria estuviera el frente del Gobierno Mexicano.
Comentarios.
Ya con el Presidente José López Portillo en funciones, se iniciaron las gestiones para la reanudación formal de relaciones con España y, el 18 de marzo de 1977, fecha muy simbólica por la acción realizada por Lázaro Cárdenas en 1938 con la expropiación
petrolera, México y la República Española en el exilio, anunciaron la cancelación de las relaciones diplomáticas entre ambos.
El 28 de marzo, los cancilleres respectivos: Santiago Roel y Marcelino Oreja, reunidos en París, manifestaron la decisión de
reanudar relaciones diplomáticas.
(Que llevó a la practica, a nombre de México, en el Hotel George Quinto, en Paris, el asesor de Roel, el licenciado Manuel Bartlet Díaz, y de la firma fuimos testigos nosotros como reporteros de Excélsior)
Como Gerente para Europa Occidental de IMCE que yo era en esa época, definí una serie proyectos y actividades prioritarios para aprovechar el momento, caracterizado por un enorme entusiasmo que generó el reencuentro de dos pueblos que, durante cerca de
500 años, habían compartido una historia, una lengua, una cultura, así como ricas y ancestrales tradiciones.
Así, en abril del 1977, el nuevo director general del Instituto Mexicano de Comercio Exterior, Adrián Lajous, viajó a España y presentó los primeros proyectos comerciales y culturales que yo había preparado y que guiarían parte de nuestras actividades.
Esta primera visita fue seguida de una serie de actividades que culminaron con la realización de la Feria México 77, durante el mes de octubre, en el Recinto Ferialde la Casa de Campo de Madrid, misma que sirvió de marco a la visita del Presidente José López Portillo a España.
(Nosotros Carlos Ravelo Galindo amigo personal de José López Portillo y Santiago Roel, fuimos invitados al reencuentro que cubrimos como reportero de Excélsior,y durante un encuentro con el Rey Juan Carlos Primero, lo entrevistamos, con foto y todo, hubo breve comentario de beneplácito del monarca).
Y del futbol.
Como un anécdota muy personal, me permito señalar que, a principios del Siglo XX, los ingleses introdujeron el fútbol soccer en nuestro país, sin embargo, fueron los españoles los que le dieron un impulso enorme a través de los equipos Asturias y España, convirtiéndolo en el Deporte Nacional de México.
El apogeo de ambos equipos se dio en la década de los 30’s y, el equipo Asturias, para reforzar su característica de asturiano, contrató los servicios de un defensa central que jugaba en el equipo Caudal de Mieres, del Principado de Asturias, Don Benjamín Alonso Canga.
Su habilidad como defensa, lo convirtió en el jugador más emblemático del equipo y de la época, motivo por el cual, en el año 1937, fue el Primer Extranjero que jugó en la Selección Nacional de Fútbol de México.
Cuando dejó de ser jugador activo, Benjamín Alonso participó activamente en la creación de la Liga Española Interclubes, por lo que los clubes de futbol españoles en México (Centro Vasco, Deportivo Llanes, Atlético Bembibre, Real Madrid, Deportivo Ibero y Juventud Asturiana), le otorgaron un ’Testimonio de Agradecimiento’ el 13 de
marzo de 1954.
También fue seleccionado del famoso y poderoso combinado España-Asturias de los años treinta.
Por su destacada actividad deportiva, don Benjamín fue objeto de otras distinciones entre ellas el Reconocimiento al Mérito Deportivo en el Futbol de Antaño y Agente Honorario del Cuerpo de Policía del Distrito Federal, además de que formó parte de la Comisión de Glosa de la Junta Directiva del Centro Asturiano de México desde 1965 hasta su muerte en el año de 1992.
Por cierto, don Benjamín Alonso Canga, es padre de Maribel, esposa de Arnulfo.
craveloygalindo@gmail.com

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