EL MÉDICO MÁS IMPORTANTE NO ES EL ESPECIALISTA, SINO EL FAMILIAR (ll Parte)


Existen males congénitos, que hasta ahora son casi inevitables y que se transmiten a través de las generaciones

EL MÉDICO MÁS IMPORTANTE NO ES EL ESPECIALISTA, SINO EL FAMILIAR (ll Parte)
Salud
Septiembre 24, 2018 11:01 hrs.
Salud ›
Diego Alcalá Ponce › Club Primera Plana

Amable lector: Tal como lo señala el doctor Rubén Argüero, independientemente de los males congénitos, que hasta ahora son casi inevitables y que se transmiten a través de las generaciones, es posible superar muchas de las irregularidades cardíacas si se tienen el diagnóstico oportuno y los cuidados necesarios para su tratamiento. Pero no hay que esperar a que el mal presente los primeros síntomas-acaso los últimos-para entonces recurrir al médico, porque esa puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. Debemos estar conscientes, reconocer y aceptar, que en todas las familias hay males congénitos que se van transmitiendo y que casi no se extinguen. De ahí que, si en la familia, se tiene conocimiento sobre algún caso, es mejor prevenir que lamentarse. ¿Por qué esperar?
No hay nada mejor, y más efectivo, que estar pendiente, de por vida, de la salud personal y de toda la familia, sobre todo la de los niños. Porque la salud, como bien sabemos, amable lector, no es-ni nunca ha sido-cuestión de suerte, ni de dinero o de la pobreza inclusive. Parecerá una irreverencia, una mentira o algo ilógico, pero la verdad, más que nada, independientemente de los males congénitos, los inevitables contagios o los inesperados accidentes, la preservación de la salud depende, básicamente, de los cuidados extremos que tengamos en nuestra vida cotidiana. Desde la higiene, hasta la adecuada alimentación, son fundamentales para que a la larga no lleguemos a resentir los efectos negativos de una enfermedad provocada, ya sea, por algún descuido personal o deficiencia alimentaria. También parecerá humanamente imposible, titánico o exagerado, pero debemos estar conscientes que se trata de nuestra salud, de nuestro único cuerpo, de nuestra propia vida. Difícil de creer y aceptar, pero así debe y tiene que ser por siempre.
En cuanto a la alimentación, que hasta ahora, millones de años después de nuestra aparición en la Tierra, todavía no hemos aprendido a alimentarnos adecuadamente, es necesario procurar obtener mayores conocimientos sobre los alimentos que regularmente consumimos. Afortunadamente, gracias a los avances de la ciencia y la moderna tecnología de que ahora se dispone, se van descubriendo y conociendo más sobre las propiedades vitamínicas de la gran variedad de alimentos existentes y su adecuado aprovechamiento. Así, por ejemplo, ahora sabemos que es mucho mejor comer la frutas que tomarse los jugos; en cuanto a las verduras, es recomendable consumirlas frescas y crudas; y solo, dependiendo de la variedad, cocerlas, pero no por demasiado tiempo, porque se pierden sus nutrientes.
Y ciertamente, tal como también lo señala el doctor Argüero Sánchez, ojalá que desde el nacimiento-o antes-se pudiera estar al pendiente de nuestra salud para garantizar así una mejor calidad de vida. Y aunque parezca exagerado, amable lector, es así como debiera ser, porque no se puede dejar de considerar todo lo relacionado con nuestra salud. Independientemente de los males congénitos, muchas enfermedades surgen a partir de una deficiente alimentación o de la falta de una vitamina y de higiene inclusive; así como de cuidados en todos los aspectos de nuestra vida diaria. De ahí que sea necesario corregir el desorden y erradicar los malos hábitos alimenticios que, por mala costumbre, más que por pobreza, los mexicanos tenemos muy arraigados. Desde luego que todo esto no quiere decir que se tenga que cambiar radicalmente nuestra alimentación, sino únicamente saber seleccionar, combinar y preparar correctamente los mismos ingredientes tradicionales para aprovechar mejor sus nutrientes. Ciertamente, en los alimentos, la elaboración, el sabor y la sazón son necesarios para consumirlos gustosamente; pero debemos estar conscientes que es necesario sacrificar los gustos para una mejor alimentación. Se debe tener presente que los alimentos muy condimentados o elaborados sobremanera, no son nada nutritivos y en muchos de los casos pueden ser perjudiciales para la salud. Claro que esto no significa que ya no se debe volver a consumir aquellos ricos antojitos o platillos muy elaborados, desde luego que no, sino únicamente degustarlos ocasionalmente, pero nunca más como consumo habitual. El doctor Argüero Sánchez continúa respondiendo así a nuestro cuestionario:
4- ¿Es verdad-acaso mito-que, a nivel del mar, el corazón funciona mejor que a mayor altura de éste?
--- Parece que es una realidad que la gente que habita a nivel del mar vive mejor, ¿por qué?, porque la presión barométrica hace que tengan mejor capacidad de función los alvéolos pulmonares. Por eso, sí es cierto. Que los sujetos cardiópatas con problemas viven mucho mejor a nivel de mar. Pero todo es por razón barométrica, por la presión atmosférica, no hay duda. Así que eso es cierto

5—Tomando en cuenta que la presión arterial varía constantemente, ¿cuál debe ser la postura adecuada del cuerpo (sentado, parado o acostado) para tomar una lectura correcta, o más confiable, para obtener tan importante indicativo médico?
--- Durante muchos años, si no es que hace más de un siglo, los médicos hemos tomado la presión sentados o acostados. Pero el razonamiento de un fisiólogo cardiovascular, y parece que tiene toda la razón, es muy importante tomar la presión en posición vertical. El sujeto anda de pie, vivimos de pie. La resistencia vascular periférica, la forma correcta de tomar la presión arterial es exactamente en posición vertical, es decir, de pie. Ahora, también es conveniente tomar la presión en posición acostado. La diferencia de tomar la presión de pie y acostado, sabemos que es más alta en posición vertical que acostado y eso es normal, pero cuando se conocen las dos presiones y se comienza a dar medicamentos, eso permite ajustar la dosis. De hecho, si normalmente la presión de acostado, es más baja que de pie, pero cuando ésta es más alta que parado, parece que las dos hay que corregirla, porque eso significa que ya se está pasando. Lo ideal es parado, o acostado. Sentado es un ’adorno’, agregó. Continuará...
diegoalcalaponce@hotmail.com

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