Dos obras imprescindibles sobre Tlatelolco 68


Uno de los libros más celebrados y vendidos

Dos obras imprescindibles sobre Tlatelolco 68
Cultura
Mayo 27, 2022 07:51 hrs.
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José Antonio Aspiros Villagómez › Club Primera Plana

Textos en libertad

Uno de los libros más celebrados y vendidos de cuantos se han escrito sobre el Movimiento Estudiantil de 1968 en México, es La noche de Tlatelolco (Era Ediciones, 1971), de Elena Poniatowska, periodista y escritora de cuyo 90 aniversario nos ocupamos en los anteriores Textos en libertad. Un fragmento de esa obra fue leído en el homenaje a la autora en el Palacio de las Bellas Artes.

El libro contiene testimonios sobre la matanza del 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas, dentro del conjunto habitacional ‘Adolfo López Mateos’ de Tlatelolco, Ciudad de México, y se volvió un clásico del tema.

Para escribirlo, la autora hizo entrevistas a los estudiantes presos en Lecumberri y a otras personas fuera del penal. Seguramente por esa experiencia, al ser interrogada recientemente por Reyes Martínez Torrijos (La Jornada, 19 de mayo) dijo que ’la cárcel es la mejor escuela de periodismo porque todo el mundo te quiere contar su vida, porque tienen tiempo para ti, y además porque aprendes muchísimo sobre la condición humana’.

Todo iba bien para La noche de Tlatelolco y su autora, hasta que un miembro del Consejo Nacional de Huelga, Luis González de Alba (1944-2016), presentó y ganó una demanda, y fue necesario reeditar el trabajo ya corregido.

Entre los lectores del libro destacamos a Beth E. Jörgensen, quien publicó en la Revista Hispana de la Indiana University de Pennsylvania su ensayo ‘La intertextualidad en "La noche de Tlatelolco" de Elena Poniatowska’. ((https://www.jstor.org/stable/44284204).

Y destacó también como lector el propio González de Alba, porque gracias a su reclamo la obra fue corregida y ganó en su valor documental. Así fue:

1.- En 1970, Luis González de Alba terminó de escribir dentro de la cárcel la que sería su novela testimonial Los días y los años, mientras que Elena Poniatowska realizaba entrevistas dentro del penal para su propio libro, La noche de Tlatelolco.

2.- Ella accedió a sacar de Lecumberri el manuscrito de Luis para entregarlo al editor. Después le pidió permiso para tomar algunos párrafos y ponerlos en su propia obra; él aceptó ’con gusto’. En el mismo año, 1971, la Editorial Era publicó primero Los días y los años, y después La noche de Tlatelolco.

3.- Luis leyó en el libro La presidencia imperial (Tusquets, 1997), de Enrique Krauze, una cita suya que creyó tomada de Los días y los años, pero era de La noche de Tlatelolco y además no era cierta. Encontró ’en la formidable obra de Krauze otras citas basadas en Poniatowska (…) que tampoco son correctas’, de manera que consideró necesario aclarar lo que según él había sucedido realmente en 1968. Porque ’presos y visitantes’ de Lecumberri le preguntaban: ’¿Quién dijo tal cosa? (…) tú dices que A, Elena lo atribuye a B’, según narró en su columna La ciencia en la calle, titulada ‘Vergüenza súbita’ (La Jornada, 13-X-1997).

4.- Como parte de su alegato, en la misma columna González de Alba se refirió al lenguaje de ambos: cuando leyó lo de Krauze, ’enrojecí de vergüenza. ¿Así escribía yo? (…) Mi escritura es mucho más seca. También es menos simpática’ que la de Poniatowska, quien ’no da mucha importancia a sus referencias. Le importa el sonido general de la obra, no los detalles’. Algo que ella reconoció 25 años después, cuando le dijo a Gustavo Borges, de la agencia Efe, que ’me interesa cómo suena un texto, el ritmo, el sonido. Algunas personas hablan con poesía; me gusta la música de las palabras de Juan Rulfo’ (varios medios, 18-V-2022).

5.- En la revista digital Replicante (4-X-2016), Alberto Sánchez escribió que, como ’Elena acreditó a líderes distintos’ algunos párrafos de Los días y los años ’para dar la impresión de un coro de voces que no era tal’, González de Alba ’le exigió corregirlos, pero no la demandó por plagio, reclamó la decencia de no distorsionar la historia’ y ’la editorial fue la que accedió, en 1998, a modificar las futuras ediciones’.

6.- La demanda habría sido presentada después de que Luis publicara en la revista Nexos # 238 (X-1997) el artículo ‘Para limpiar la memoria’, donde solicitaba a Poniatowska corregir 28 párrafos con una extensión de poco más de 500 líneas. El fallo legal fue a su favor.

7.- Cuando se publicó ‘Vergüenza súbita’ en La Jornada, Carlos Monsiváis llamó a la directora Carmen Lira para plantearle: ’Luis o yo’, y González de Alba fue despedido del diario, según escribió también Alberto Sánchez, aunque según la Wikipedia, el cese fue por un artículo titulado ‘Las fuentes de la historia / I’.

8.- Luis González de Alba se declaró satisfecho con los cambios hechos a La noche de Tlatelolco, pero quedó marcado por su experiencia tanto de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas, como de sus años en la cárcel, y se suicidó el 2 de octubre de 2016, XLVIII aniversario de la matanza de estudiantes y de su detención. Un mes antes había regresado a Lecumberri, lugar ya convertido en Archivo General de la Nación, para entregar sus archivos personales. Su libro póstumo Tlatelolco aquella tarde, parece una réplica a La noche de Tlatelolco, porque ofrece el testimonio del autor y detalles que conoció de primera mano (’Nadie me lo contó’), acerca del movimiento estudiantil y los hechos del 2 de octubre, ’que se han llenado de expertos que no estuvieron allí ni vieron nada’ (sólo menciona a Carlos Monsiváis), según la presentación que hace de la obra la editorial Cal y Arena.

9.- Elena Poniatowska, quien acaba de cumplir 90 años, recibió muestras de apoyo cuando se presentó el conflicto. Tras ganar el Premio Cervantes de Literatura creó una fundación que contiene su archivo histórico familiar, cuenta con una página web que algo dirá del caso, apoya a diversos grupos sociales, organiza actos culturales y otorga un premio anual para mujeres u organizaciones que destaquen en temas femeninos.

10.- Si bien tanto La noche de Tlatelolco como Los días y los años están agotados, se pueden adquirir ejemplares nuevos o usados por Internet. Son obras esenciales para conocer un episodio doloroso de la vida nacional.

Postdata:

Ø Luis González de Alba nació tres días antes que este tecleador.

Ø La Academia Nacional de Historia y Geografía, que se enorgullece de estar patrocinada por la UNAM a pesar de las descalificaciones que esa casa de estudios ha sufrido desde el Palacio Nacional, cumplió 97 años el 19 de mayo. Su presidenta, Maestra Elizabeth Rembis Rubio, conduce en la actualidad el programa institucional de televisión por Internet (Facebook), titulado ‘Cultura, Historia y Geografía en la vida de México’.

Ø Agradecemos con modestia a la pluma anónima que escribió el artículo ‘¿Quién fue Carlos Septién García?’ (Excélsior digital, 19 de mayo de 2022) por habernos incluido entre los ’periodistas destacados’ egresados del plantel que lleva el nombre del desaparecido reportero queretano. Sólo una precisión: Septién falleció en 1953, no en 1957 como dice allí. La Escuela ‘Carlos Septién García’ celebró su LXXIII aniversario los días 18 y 19 de mayo con mesas de análisis sobre el periodismo en tiempos de violencia.

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