Humanismo Mexicano
Gustavo Cortés Campa
Fue más de hora y media. La fidelidad, el -digamos, "estoicismo"- no alcanzó y no fueron pocos los desertores en la plancha del Zócalo, y optaron por buscar la sombra de los portales.
Pero López Obrador ya lanzaba la pregunta -o algo parecido-: "Humanismo mexicano. ¿Qué es humanismo mexicano?"
Salta la memoria: ¿Tendrá alguna influencia de Gustavo Adolfo Bécquer, en "Rimas y Leyendas" donde dice: "¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? Poesía... eres tú".
Así pues, AMLO puede encontrar la respuesta: "Humanismo mexicano ¿qué es?". Pues mi querido Peje, humanismo, lo que se puede decir de eso, pues... ¡tu ocurrencia dominical! ¿Qué otra cosa?
Difícil encontrar una improbable relación con el "humanismo" como categoría, digamos, académico/literaria, con aquel magnífico, irrepetible, "trío de tres", surgido en pleno siglo XIV: Dante, Petrarca y Boccaccio.
Cito de "National Geographic": "A caballo entre los siglos XIII y XIV, la Toscana vio nacer a las llamadas ’Tres Coronas’ de la literatura italiana: Dante Alighieri, Francesco Petrarca y Giovanni Boccaccio. Dante marca el final de la literatura medieval y Boccaccio ya es un exponente del pensamiento renacentista. Petrarca es el que mejor representa el puente entre el mundo que se acaba y el que estaba naciendo".
¿Por qué ese "movimiento" fue denominado "humanismo". Porque la producción literaria dejó de ocuparse de los dioses y los santos y volteó la mirada a los hombres... y a las mujeres.
Se describieron las pasiones, las querellas, los amores -los "puros" y los impuros-, la vida y las vicisitudes del ser humano, con sus amores, sus odios, sus pecados y sus virtudes (if any).
El humanismo de Petrarca, Dante y Boccaccio nos muestra a los humanos tales cuales, y podemos ver que nada hay de excelso, de santidad ni cosa parecida, simple conducta humana, mamíferos evolucionados que pelean por comida, por bebida, fortuna, lujos, poder, amor y sexo y todo lo demás.
Para Petrarca, sus modelos fueron Cicerón, Virgilio y Tito Livio.
Ese trío, a propósito, fue el que inició la tradición del "laureato" (laureado), (corona de laurel ceñida al cráneo), como forma de consagración profesional.
Petrarca, a diferencia de los otros dos, escribió la mayoría de sus obras en latin clásico y en "lengua vulgar", algunas pocas "como divertimento". Pero fueron esas últimas las que le valieron la gloria póstuma, las escritas en el lenguaje "del vulgo".
(Perdón por la herejía, pero si vemos cotidianamente que el Peje habla "en macuspano", quizá escriba en esa misma lengua. El problema sería cómo difundir esa lengua al resto del país, y así se entendería algo de las peroratas en "la mañanera". Digo...)