David Aréchiga Landeros

David, es un jalisciense por adopción, lo conocí allá por el año 1965 cuando ambos estudiábamos la preparatoria en el Instituto Cultural Alfonso Reyes que se encontraba por la calle Miguel Blanco y Colón, pronto lo identifiqué como un estudiante dedicado, sobresaliente y ordenado, tomaba los apuntes en taquigrafía y desde entonces hemos conservado una añeja amistad.
Con la premisa de que es más oportuno reconocer a los amigos en vida que una vez rendidas cuentas al Creador, deseo concebir algunos rasgos característicos de un colega que nació en Mazatlán, Sinaloa, pero siendo descendiente de un ferrocarrilero acompañaba a su papá a esta ciudad y en una de esas visitas se enamoró de Guadalajara donde se estableció allá por el año 1960.
Desde entonces radica aquí con su familia, donde estudió la carrera de Derecho en la Universidad de Guadalajara titulándose como abogado, además de una Maestría en Trabajo Social y un Doctorado en Ciencias, todo ello mientras se desempeñaba como abogado y funcionario público en el Gobierno Federal y en el Estatal, igualmente impartió clases en la Facultad de Trabajo Social.
Durante su amplia trayectoria, nos ha compartido su pensamiento a través de varios libros impresos sobre diferentes temas en los que abunda su amor a la poesía, los temas jurídicos, el medio ambiente, la historia y sobre todo la crítica política, pues no hay tema de actualidad que no lo trate a su propio estilo con ritmo poético que sintetiza con versos o bien con un epigrama.
Hace ya varios años el prestigiado periódico El Occidental publica sus colaboraciones en la página editorial, después de opinión y en la actualidad de análisis, en la que compartimos experiencias con un excelente grupo de compañeros colaboradores que enriquecen el contenido de este diario perteneciente a la Organización Editorial Mexicana, OEM.
Así mismo su columna titulada ’De todo un poco’ forma parte de la sección editorial del Diario de Los Altos, propiedad de Luis Jesús Ramírez con sede en la población alteña de Jalostotitlán, anteriormente en el ya desaparecido diario El Sol de Guadalajara, El Informador, incluidas varias revistas de circulación interna y estatal, sin dejar fuera entrevistas en diversos programas.
Ya jubilado, realizado como esposo, padre de familia y abuelo, con grandes logros en su haber, no niega la cruz de su parroquia y amenaza con regresar a la tierra donde dejó el ombligo, pues la nostalgia de su apacible Mazatlán, aunque ya no tan apacible, lo sigue atrayendo, si bien él se reconoce jalisciense, pues es aquí donde estudió y ha escrito sus libros e infinidad de colaboraciones.
Sus escritos se caracterizan por la ironía con que las redacta, sobre todo cuando se relacionan con los temas políticos que son la mayoría, y no deja títere con cabeza, tan pronto como aparece una noticia rápido le da la forma y muchas de estas publicaciones las recopiló en un ejemplar titulado, ’La verdad no peca, pero encabrona’, el título lo dice todo.
Estaremos atentos a su decisión de emigrar, mientras tanto su tiempo lo dedica a convivir con su esposa y su familia, a leer y escribir en su casa ubicada acá por el pueblo de Atemajac y consideramos que su labor debe ser reconocida por la sociedad, como lo hizo el Club Primera Plana de la Cd/Mx que le reconoció su trayectoria como periodista del diario El Occidental.
jjesusvah@hotmail.com