Científicos, Investigadores y ambientalistas, especializados en el estudio del cambio climático, coinciden y alertan sobre el calentamiento global, una realidad de la metamorfosis que experimenta nuestro planeta actualmente, como parte de su transformación en el paso de los siglos.
Uno de los efectos de este fenómeno es el aumento de temperatura que se ha registrado en esta temporada, principalmente durante junio y julio, en diversas partes del mundo como Alemania, Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, China Afganistán, Guatemala, Honduras y Papúa Nueva Guinea, entre otros, incluyendo a nuestro país, donde se ha sentido un calor abrasante.
En Sonora, en la región de la presa Álvaro Obregón, al sur de la entidad, se registraron 46 grados a la sombra; mientras que en El Orégano al oriente de Hermosillo, el termómetro marcó 44 grados; Ciudad Obregón alcanzó los 43.5 mientras que Caborca, Altar y Pitiquito llegaron a los 42 grados.
Otros lugares como Nuevo León, Tamaulipas, Baja California, Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Colima, Michoacán, Guerrero, Morelos, Oaxaca, Chiapas, Durango, Chihuahua, Coahuila, San Luis Potosí, Hidalgo, Veracruz, Tabasco, Campeche y Yucatán, padecieron temperaturas de 40 grados centígrados.
Uno de los próximos cinco años será el más caluroso registrado en la historia
El calentamiento global está haciendo que el clima intensamente caluroso sea más común y más extremo en todos los continentes.
Un estudio realizado por Dann Mitchell, científico climático en la Universidad de Bristol en Inglaterra, señaló que las rachas de calor que están fueran del rango de la posibilidad estadística, han ocurrido en todo el mundo durante las últimas décadas, lo que indica que podrían suceder de nuevo, en cualquier lugar.
Sus investigaciones sobre las temperaturas máximas diarias en todo el planeta, entre 1959 y 2021, revelan que las regiones que cubren el 31 por ciento de la superficie terrestre del orbe experimentaron un calor tan extraordinario que, estadísticamente, no debió haber ocurrido.
En coincidencia con investigadores de otros países, Dann Mitchell considera que el cambio climático causado por el hombre tiene ya consecuencias y, en la medida que el planeta se calienta, el rango de temperaturas posibles que muchos sitios pueden experimentar está aumentando, por lo que el intenso calor que alguna vez se habría considerado como inusual se está volviendo más probable.
Luego de varias semanas de olas de calor en diversos lugares del mundo, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) de Naciones Unidas y el observatorio europeo Copernicus, aseguraron tener suficientes datos para establecer que el pasado mes de julio fue el mes más cálido jamás registrado, ante este hecho y de acuerdo con sus investigaciones para el futuro, pronostican que esta escalada de calor continuará y se prevé que por lo menos uno de los próximos cinco años será el más caluroso registrado en la historia.
La red científica Word Weather Attribution (WWA), que estudia la magnitud de eventos extremos, cálculos del impacto del cambio climático en eventos meteorológicos extremos como olas de calor, sequías y tormentas, concluyó que las recientes olas de calor en Europa y Estados Unidos habrían sido «casi imposibles» sin el efecto de las emisiones de gases de efecto invernadero de origen humano.
Consecuencias de las olas de calor
Las olas de calor propician falta de agua, sequías y enfermedades, entre otros efectos de impacto negativo para la población.
Las enfermedades relacionadas con el calor incluyen: el llamado golpe de calor, un padecimiento peligroso para la vida en el que la temperatura corporal puede subir por encima de los 41 grados centígrados.
Agotamiento por calor, calambres, dolores y espasmos musculares, entre otros malestares, así como, afectaciones en la piel, son otras consecuencias que pueden presentarse en épocas de intenso calor, por lo que hay que evitar lapsos largos de exposición al astro rey.
Asimismo, la falta de agua y las sequías pueden derivar en escasez de alimentos provenientes del campo y su encarecimiento en los centros de abasto.
Durante muchos años, los investigadores especialistas en cambio climático han advertido del daño que la actividad humana esta haciendo al planeta, a través de la sobreexplotación de recursos y el uso de tecnologías que han afectado la capa de ozono, manto protector del globo terráqueo.