Cómo cuidar la salud mental de los periodistas


La profesión del periodismo se ha vuelto sumamente riesgosa

Cómo cuidar la salud mental de los periodistas
Periodismo
Diciembre 16, 2022 20:40 hrs.
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Norma L. Vázquez Alanís › Club Primera Plana

Constelación Andrómeda

En el siglo XX, la imagen que se tenía de los periodistas era la de una vida llena de glamour, de viajes todo pagado por el mundo, de comidas en restaurantes de excelencia y reconocimiento tanto de la sociedad como de la elite política, pero desde hace una docena de años esta profesión se ha vuelto sumamente riesgosa; además, quienes se dedican a ella saben lo difícil que resulta la carga de trabajo y sobre todo las presiones tanto de los grupos de poder, como de los propios medios de comunicación.

De hecho, la ansiedad y el estrés siempre han acompañado a los informadores en su labor cotidiana por la inmediatez con que debe transmitirse la noticia, por la excesiva carga de trabajo y por los horarios desgastantes sin tiempo para tomar un respiro, ni siquiera un alimento, siempre pendientes del acontecer mundial y anteponiendo la cobertura noticiosa por delante de sí mismos; muchos de ellos solían tomar ansiolíticos, antidepresivos u otros medicamentos para sobrellevar las agobiantes jornadas.

Sin embargo, el estrés y la ansiedad, junto con otros malestares psicológicos tan asociados al trabajo de los periodistas, no habían trascendido el ámbito gremial hasta que la pandemia del coronavirus los evidenció y ahora en diferentes países del planeta se están efectuando investigaciones para comprender mejor el problema.

Una encuesta global realizada durante la pandemia por el Centro Internacional para Periodistas y el Town Center de la Universidad de Columbia, en Nueva York, identificó que la salud mental era el principal reto al que se enfrentaban los periodistas; de un universo de mil 400 periodistas y directivos de medios encuestados, el 70 por ciento señaló como el aspecto más difícil de su trabajo actual el gestionar los impactos emocionales y psicológicos que les provocaba la cobertura de la información sobre el Covid-19.

Esta situación fue ratificada por un informe publicado en 2022 tras efectuar una encuesta en línea a mil 200 periodistas canadienses entre noviembre y diciembre de 2021, ya que el 80 por ciento de los participantes afirmó haber experimentado agotamiento como resultado de informar sobre historias de muertes, lesiones y sufrimiento; el 69 por ciento reportó tener ansiedad; el 43 por ciento declaró sufrir depresión, y uno de cada diez dijo haber tenido pensamientos suicidas tras cubrir historias difíciles. El sondeo, avalado por el Consejo Canadiense de Investigación (Canadian Research Insights Council), puso de manifiesto que los trabajadores de los medios de comunicación han tenido que hacer frente a elevados índices de problemas de salud mental en los últimos cuatro años.

Conscientes de que esta realidad que viven a diario los periodistas no puede seguir así porque como seres humanos son tan importantes como su trabajo, el Centro Knight para el Periodismo en las Américas, de la Universidad de Texas, en Austin, con la colaboración de The Self-Investigation (una fundación que brinda una variedad de servicios destinados a mejorar el bienestar de los profesionales de los medios) convocó en octubre pasado al curso Periodistas y salud mental; cómo cuidarnos y promover una profesión saludable.

Las encargadas de impartir las asignaturas fueron tres periodistas españolas especializadas en temas referentes a la salud mental: Aldara Martitegui, Natalia Martín Cantero y Mar Cabra. Todas ellas sufrieron en algún momento de su carrera alguna alteración psicológica que las llevó a hacer un alto en el ejercicio de su profesión y alentó su deseo por saber más acerca de estos trastornos.

A lo largo de cuatro semanas compartieron con los periodistas inscritos en el curso consejos y herramientas para gestionar mejor la ansiedad, el estrés e incluso los estados de ánimo depresivos inherentes a la profesión, como el trauma vicario y el síndrome del trabajador quemado (burnout). Una de las recomendaciones principales es hacer pausas en el trabajo cada 60 o 90 minutos para recargar energía, porque es necesario cuidar la batería interna como lo hacemos con los teléfonos móviles, así como tomar tiempo para almorzar o comer y nunca hacerlo delante de la computadora.

Un estudio hecho por el laboratorio Human Factors de Microsoft demostró que el cuerpo y la mente humanos necesitan descansos para mejorar su capacidad de concentración y para sentirse menos exhaustos al final del día; la investigación consistió en colocar sensores en la cabeza a una docena de personas para ver cuánto se estresaban ante las videoconferencias.

Hicieron dos experimentos siempre con la misma cantidad de trabajo: cuatro videoconferencias de 30 minutos. En el primer experimento hicieron todas las conferencias de un tirón y en el segundo hubo pausas de diez minutos durante cada videoconferencia. En el primer caso el estrés fue aumentando a medida que veían los videos, mientras que en el segundo siempre se mantuvieron con muy poco estrés, de manera que ante la misma cantidad de trabajo, si se hacen pausas se puede estar mucho menos estresado.

Asimismo, las periodistas encargadas de impartir los módulos del curso coincidieron en la necesidad de establecer límites al mundo digital, pero sin perderse de nada; el secreto está en decidir cómo y cuándo distraerse del trabajo para revisar el correo electrónico y las redes sociales.

Señalaron que lo más práctico es hacer una revisión por bloques a lo largo del día, y citaron el ejemplo de la radio que da segmentos informativos al principio de cada hora y en el resto de esa hora pueden no dar noticias; es igual con el correo electrónico y las redes sociales.

En este mismo tenor insistieron en lo indispensable que es para la salud metal el derecho a la desconexión del celular, que implica poner horarios a los chats y no contestarlos fuera de esos parámetros, y la búsqueda de momentos de descanso para escuchar música, caminar por el exterior del lugar de trabajo, meditar o simplemente ver imágenes de la naturaleza para relajarse.

Aldara Martitegui, Natalia Martín Cantero y Mar Cabra expusieron algunas de las dificultades a las que están expuestos los periodistas casi sin darse cuenta y que hacen que esta profesión sea de alto riesgo para su salud mental: el desorden de horarios, muchas veces sujeto a noticias de última hora que son imprevisibles; la necesidad de estar permanentemente conectados a la información global; esto genera un exceso de trabajo porque el mundo está todo el tiempo generando contenido y es imposible revisarlo todo.

Asimismo, la precariedad laboral, sueldos bajos en comparación con otros profesionales con la misma cualificación; la desinformación, las noticias falsas y el ruido informativo que llega de las redes sociales, genera frustración y obliga al periodista a hacer un trabajo extra de desmentido; trabajo con alta implicación emocional, porque el periodismo es una profesión de servicio y quien la ejerce siente que tiene la misión de informar a la comunidad y carga con esa responsabilidad. Un elemento más de presión es el hecho de que el trabajo periodístico, la mayoría de las veces está expuesto al juicio, a las críticas, a la opinión de los demás.

Y como esta labor está muy expuesta a ’todo lo que ocurre en el orbe’, provoca que en muchos casos el mapa del mundo del periodista tenga un gran sesgo negativo. En este punto Martitegui se refirió al denominado ’trauma vicario’, que es un gran desgaste que se produce a nivel psicológico y emocional en aquellas personas que pasan demasiado tiempo expuestas al sufrimiento de los demás a través de la cobertura de información negativa, por ejemplo sobre terrorismo, conflictos de cualquier tipo, accidentes y violencia.

También expuso en que consiste el burnout o síndrome de desgaste profesional, es decir, cuando las personas sienten estar sobrepasadas y agotadas por el trabajo, están emocionalmente cansadas y exhaustas ante la perspectiva de tener que afrontar una nueva jornada laboral.

Desafortunadamente en las universidades no existe alguna asignatura para advertir a los futuros informadores de este riesgo; esto es una clara señal de que en el periodismo todavía estamos muy en pañales respecto a nuestra salud mental y que aún hay mucho que aprender, agregó.

Mientras que Mar Cabra hizo esta observación muy relevante: el reporte 2022 del Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo, de la Universidad de Oxford, Inglaterra, que abarcó más de 93 mil encuestados en 46 mercados que cubren la mitad de la población del planeta, puso de manifiesto que está creciendo la cantidad de personas que deciden racionalizar o limitar su exposición a las noticias.

Estas son dos de las principales razones para la evasión selectiva de noticias, el 29 por ciento dice que les agota la cantidad de información y el 36 por ciento siente que las noticias tienen un efecto negativo en su estado de ánimo, indicó la instructora.

Es oportuno añadir que los consejos de las periodistas de tomar pausas y ejercer nuestro derecho a la desconexión, son aplicables para cualquier otra profesión.

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