Textos en libertad
José Antonio Aspiros Villagómez
Han pasado 20 años desde que presentamos ante colegas de todo el país una ponencia sobre la ética en el discurso periodístico y, en el tiempo transcurrido desde entonces, esta profesión ha evolucionado mucho en su aspecto operativo, obligada por el impacto de las nuevas tecnologías en los medios noticiosos, pero se mantiene vigente nuestro exhorto de entonces para hacer un uso correcto del idioma español, ya sea en los medios tradicionales o a través de los dispositivos modernos.
Usted, lector, tiene la última palabra sobre si prefiere textos bien redactados, o ’con que se entienda, basta’, como nos han replicado algunos colegas. A muchos de ellos, empíricos, les dijeron ’escribe como hablas’ y se lo creyeron, pero nos parece que es un error, ya que no son iguales el lenguaje hablado y el escrito; nuestras pláticas no siguen las estructuras de los géneros periodísticos, sino las de la retórica, y en ocasiones lo hacemos de manera anárquica.
El Primer Congreso Nacional de Organizaciones de Periodistas, celebrado en Ixtapan de la Sal, Estado de México, del 17 al 19 de mayo de 2002, fue convocado por el Club Primera Plana y dio como principal resultado el nacimiento de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos (Fapermex) --cuyo próximo presidente ya fue designado y el actual pasará a ser otro ’honorario vitalicio’--, pero también hubo varias mesas temáticas, entre ellas una sobre ética y fue en la que intervenimos.
En esa ocasión nos referimos al lenguaje como la herramienta de trabajo más importante y valiosa para los informadores, y recurrimos a las enseñanzas de conocidos colegas a través de sus libros y ponencias, para sustentar la idea de que se trata de un deber ético escribir con corrección.
A ese Congreso en Ixtapan de la Sal asistimos los miembros del Club Primera Plana por ser el convocante, junto con dirigentes de 54 organizaciones nacionales y regionales de periodistas de 29 entidades del país, y fue aprobada la Declaración México donde se expresaron más inquietudes por la seguridad y bienestar de los informadores, y por la defensa de la libertad de expresión, que por el buen uso del idioma en nuestro trabajo; ni modo. Poco después fue creado el Premio México de Periodismo ‘Ricardo Flores Magón’, que se otorga de manera ininterrumpida desde 2003.
Entre los participantes en aquel encuentro gremial, es oportuno ahora destacar la asistencia del decano del Club Primera Plana, Carlos Fernando Ravelo y Galindo quien, a sus 92 años de edad, cumplió 75 en el periodismo y hace unos días interrumpió la elaboración de su columna diaria ‘En las Nubes’, por razones de salud.
Periodista empírico, hace diez años cubrió los créditos exigidos por la Secretaría de Educación Pública para titularse como licenciado en periodismo, luego de haber sido reportero exitoso, jefe de información en Excélsior y El Universal, responsable de los noticiarios del ‘Periódico de la vida nacional’ en Telesistema Mexicano (después, Televisa) y autor de numerosos y amenos libros sobre sus experiencias e investigaciones.
Enemigo declarado del uso de los gerundios en los géneros periodísticos, es desde hace lustros autor de la ya citada columna, donde muchas veces ha mencionado a este tecleador y reproducido varios de sus artículos.
De hecho, su última columna ‘En las Nubes‘ antes de esta pausa, titulada el 11 de abril ‘Quién es quién’, contiene datos biográficos y curriculares nuestros y alude también a quienes tuvimos reuniones de amigos con él, como es el caso del colega Octavio Raziel García Ábrego (QEPD) y nuestras respectivas esposas, Norma y Anita. Carlos enviudó en 2015, pero siempre que hay motivo menciona a su esposa Bety en su columna, o nos participa con alegría noticias acerca de sus hermanos, hijos, nueras y nietos.
Este tres de mayo, el abogado Jorge A. Ravelo Reyes, hijo de Carlos, dirigió un mensaje -que les compartimos- a los ’amables lectores de la columna diaria’ ‘En las Nubes’, a quienes explica que ’en las últimas semanas no han podido leer la columna de mi papá (…) debido a que por prescripción médica tiene que guardar un descanso’.
Y hace notar que durante más de 75 años de sus 92 de vida, su progenitor se ha dedicado ’ininterrumpidamente’ a "sonarle a la tecla", motivo por el cual -recordamos ahora- oportunamente recibió un homenaje del Club Primera Plana. Nuestro deseo fraterno y cordial por su pronta recuperación, como lo hicimos también en 2016 cuando tuvo otra pausa por razones de salud.